El Hollywood de hoy

Me gustan las buenas historias. Siempre ando en busca de una narración cautivante, bien sea en comics, libros, televisión, teatro y por supuesto en el cine. La experiencia del cine siempre ha sido especial: el gran formato, el sonido, la iluminación, y además la compañía son elementos únicos que distinguen esta forma de entretenimiento. Un sólo encuadre puede lograr transmitir con mucha fuerza lo que decenas de páginas de una novela o cuento tratan de dibujar en nuestra mente.

hollywoodHollywood ha sido una fuente muy rica de buenas historias, que van desde El Gran Dictador, pasando por Dr. Strangelove, y El Resplandor, hasta Pulp Fiction o Big Fish. Pero por razones que escapan a toda lógica, los ejecutivos de los grandes estudios de cine hollywoodenses cada día se preocupan menos por la calidad de las historias y más por el mercadeo y por la tasa de retorno de sus películas. El resultado es fácilmente predecible: escasez tremenda de buenas historias contadas por Hollywood.

De hecho, es tan patente la sequía de ideas en la llamada “meca del cine”, que este año están previstas al menos 27 secuelas. Falta de imaginación y de originalidad. Roger Ebert afirma que los grandes estudios de cine sólo producen buenas historias por dos razones: 1) la temporada de los premios Oscar, y 2) por accidente.

Para no dejar dudas voy a enumerar las secuelas de este año con su título original en inglés: Cars 2; Diary of a Wimpy Kid 2, The Hangover Part II, Happy Feet 2, Hoodwinked Too! Hood vs. Evil, Johnny English Reborn, Kung Fu Panda 2, Piranha 3DD, Sherlock Holmes 2, Alvin and the Chipmunks: Chipwrecked, Big Mommas: Like Father Like Son, Madea's Big Happy Family, Paranormal Activity 3, Transformers: Dark of the Moon.

Esas fueron segundas y terceras partes, sin embargo este año hay un número record de cuartas partes: Mission: Impossible—Ghost Protocol, Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides, Scream 4, Spy Kids 4: All the Time in the World, y The Twilight Saga: Breaking Dawn (Parte Uno), con su propia secuela para el 2012.

Además este año nos trae cinco quintas partes (Fast Five; Final Destination 5; Puss in Boots; X-Men: First Class; Winnie the Pooh), dos séptimas partes (The Muppets; Rise of the Apes), y la octava película de Harry Potter (Harry Potter and the Deathly Hallows Part Two), que a su vez una secuela de una secuela.

Me gustaría aclarar que no estoy en contra de las secuelas per se, una sola película de Lord of the Rings, o de Star Wars no es suficiente. Y el punto no solamente está en que hay un límite para todo (nadie necesita un Dumb and Dumberer o un Speed 2); el punto está en que el cine de Hollywood está involucionando y cada vez perderá mayor relevancia en la crítica mundial, aunque esto no quiere decir que no mantenga su nicho de mercado: los adolescentes. Ahí está el verdadero meollo, cada vez más, las películas nuevas que produce Hollywood apuntan hacia el público infantil o adolescente.

Las buenas historias para el público adulto se han trasladado a la televisión, o las podemos encontrar en los festivales de cines especializados o las pocas salas de cine de arte y ensayo. Es decir que esa falta de originalidad es un virus en Hollywood, pero no en el resto del mundo, y sin embargo es difícil acceder al buen cine porque las salas de las grandes cadenas rara vez se arriesgan con películas “independientes”.

imax-theater-interiorPara rematar el asunto, está el furor del 3D. Admito que la primera película que vi en este formato me impresionó, la segunda me agradó, la tercera me cansó y no se si vea una cuarta. Tal vez sea sólo yo, pero aunque los efectos especiales le dan mucha vida a una película en el momento adecuado, tengo mucho más interés en la calidad de la historia contada y no tanto en ver como las cosas se salen de la pantalla.

Hoy en día es más común que las personas puedan disfrutar en la comodidad del hogar, de un sustituto del cine, con los sistemas de Home Theater, HD, blu-ray y video-on-demand, el cine parece agonizar, y yo con él. Me gusta ver buenas películas en el cine, sólo que ya no las encuentro.

Ilustración para el Islam

Hay extremistas y fundamentalistas en todos los credos. Mucha gente ha asesinado o está dispuesta a asesinar otros seres humanos simplemente porque no están de acuerdo con su interpretación de los llamados libros sagrados. La intolerancia religiosa es una hidra de muchas cabezas que persiste en todo el mundo y supone un peligro para muchas personas.

large_bibleA pesar del inmutable trasfondo político del terrorismo, la religión ha servido de justificación e inspiración constante para actos de la más abyecta violencia. Y aunque ninguna religión está libre de fundamentalistas psicópatas que se creen dueños de la interpretación de los designios de su dios, la mayor parte de las personas que profesan una religión, son personas pacíficas que rechazan este tipo de violencia y que están en desacuerdo con los métodos de aquellos extremistas que matan en nombre de un dios (Yahvé, Jesús, Alá, Siva, Shoko Asahara, Ik Onkar, etc.) para conseguir sus fines políticos.

El problema con el Islam es un asunto político. Es decir, la religión como tal comparte muchas semejanzas con las otras fes abrahámicas; la diferencia está en que en los países islámicos no ha habido una desvinculación del poder sagrado con el poder político. Muchos alegan que el conflicto surge de la religión islámica en sí: que el Corán está lleno de violencia y llamados de odio. Pero esta afirmación bien podría hacerse de la Torá o la Biblia si es interpretada de manera literal. El caso es que en gran parte del mundo cristiano, la Biblia no es interpretada literalmente, y además desde que Lutero estableció la Doctrina de los Dos Reinos se marcó el comienzo de la concepción moderna de la separación entre Iglesia y Estado.

Thomas-PaineEsa separación entre Iglesia y Estado es la que posibilitó desarrollar sus ideas y teorías a intelectuales y políticos como Locke, Voltaire, Hegel, Auguste Comte, Schopenhauer, Popper, Thomas Paine, James Madison, Thomas Jefferson y otros, que impulsaron y dieron forma al humanismo y a la ética secular que está presente en occidente desde el siglo XVIII. Y aunque es importante recalcar que no por ello occidente se ha librado del poder político de las iglesias o inclusive de entusiastas del Estado teócrata, la sociedad en términos generales considera legítima esta separación de las instituciones religiosas de los asuntos “terrenales” de la política.

El caso más cercano que podemos encontrar en los países islámicos de una secularización de la política, está en Turquía y sin embargo todavía las instituciones religiosas influyen (y controlan) extensamente la política de este país. De resto, el fuerte control que tienen los líderes religiosos sobre las instituciones políticas de los países islámicos hace imposible que pueda surgir un Voltaire musulmán, o que al menos su voz pueda ser escuchada o sus palabras leídas sin censura y con amplia difusión.

Al Islam le hace falta un proceso análogo a la Ilustración europea, para que millones de musulmanes no tengan que sufrir por dictadores y reyes que aseguran tener mandato divino. Para que la violencia doméstica no sea justificada por el Corán. Para que las personas tengan la oportunidad de disentir o cambiar de religión sin que eso suponga pena de muerte. Para que las mujeres tengan los mismos derechos que los hombres. Para que la vida sexual de las personas, sea un asunto privado y no sea motivo de cárcel o lapidación. Para deslegitimar y restarle fuerzas a las organizaciones terroristas que usan el Corán para convencer a jóvenes que den su vida y además maten a otros por una causa política.

Es posible que la Primavera Árabe que vemos en Túnez o Egipto, sea la semilla de esta Ilustración para el Islam. Esperemos.

Racismo importado

discrimination1Ya hace algún tiempo había escrito algo muy breve sobre nuestros prejuicios implícitos y el racismo latente de toda persona. Yo estoy convencido que el racismo es un problema serio, no digo de la sociedad en términos generales, sino que creo que la discriminación esta arraigada en nuestra naturaleza y que sólo a través de la razón y el pensamiento crítico podemos deshacernos de ese lastre cultural primitivo e ignorante

En occidente, los países árabes y América Latina las principales víctimas del racismo son las personas negras, debido al modelo árabe de esclavización de africanos que fue exportado hacia Andalucía y en general hacia la península ibérica y que consecuentemente fue adoptado por España y Portugal (y luego Holanda y el Reino Unido) en las colonias americanas.

slave-ship-2Quinientos años después, todavía se sienten las secuelas de considerar que un color de piel tiene más derechos que otro color de piel; inclusive en América latina en donde el mestizaje parece ser la norma. Y por supuesto hay países en donde las secuelas son más severas y las heridas están mucho más frescas, como Estados Unidos en donde los derechos de la población negra apenas son reivindicados en los años 60; y hay países en donde el problema existente aunque es profundo tiene posibilidades de manejarse mejor por la coyuntura histórica y social: Venezuela.

Muchas personas se niegan a aceptar la realidad del racismo en Venezuela u otras partes de América Latina con el pretexto del mestizaje y lo temprana de la abolición de la esclavitud. De hecho, es virtualmente imposible conseguir a un racista confeso, ya que conscientemente, todo el mundo parece saber lo censurable que es.

En Venezuela, el racismo también está íntimamente vinculado a la persistencia de la pobreza y la falta de opciones educativas y culturales para la población negra, por lo que soluciones dirigidas hacia estos vectores contribuyen a minimizar el fenómeno. La participación política y la representación adecuada en los medios de comunicación y la publicidad son instrumentales para minar el problema del racismo.

Otra herramienta muy poderosa es el lenguaje. He escuchado incontables veces como el lenguaje es vehículo para el racismo cuando la palabra “negro” siempre es usada con connotaciones negativas (ej: mercado negro, oveja negra, viernes negro). Y aunque el origen de esto se remonta a la Roma antigua y no está ligado con la esclavitud o el color de piel, igual está instalado en la mente de las personas.

gato-negroPero las palabras no son mágicas. No tienen un poder intrínseco y ni siquiera un significado inmutable y permanente. Las personas hacemos de las palabras lo que queramos con ellas y no hace falta más que quitarle a “negro” esa connotación negativa con el uso y la trivialización o si se quiere la exaltación de la misma. En África, negro es bueno porque negra es la tierra.

Y esto lo digo, porque lo que sí me parece atroz es importar la categoría racista que usan en Estados Unidos y otros países anglosajones para referirse a la población negra: “african-american”. Aquí se ha adaptado como “afrodescendiente” y me parece atroz por muchos motivos. En primer lugar se crea una categoría especial para diferenciar a las personas negras del resto de los venezolanos, y se enfatiza en su origen extra-continental: Yo soy venezolano, tu vienes de áfrica. En segundo lugar, ignora por completo el hecho antropológico e histórico de que venir de áfrica no quiere decir tener la piel negra.

Además acentúa el hecho de que somos diferentes y que debemos tener reglas diferentes en vez de buscar armonizar las relaciones interpersonales. El término afrodescendiente da pie para más exclusión y búsqueda de diferenciación por continente, región o etnia (lusodescendiente, sinodescendiente, eslavodescendiente, semíticodescendiente, etc). Ignora la evidencia científica que ataca el racismo desde la razón, de que el color de piel no es garantía de la composición de nuestro ADN mitocondrial, y que es muy probable que los blancos también tengan un porcentaje de ADN africano.

discrimiEn fin, en vez de importar de Estados Unidos las iniciativas positivas para la lucha en contra del racismo, como el protagonismo y la participación incluyente de las personas negras en la política, la educación y en las industrias que tienen alcance masivo como el deporte profesional, la publicidad y el entretenimiento; importamos lo peor: la creación de una categoría diferenciadora que excluye inclusive con su raíz etimológica: tu origen está fuera de Venezuela y por eso eres menospreciado: afrodescendiente.

Sobre Al Qaeda, el terrorismo y el futuro

terrorist-kidLa muerte de Osama bin Laden coloca de nuevo en la palestra la discusión sobre el terrorismo: su alcance, sus métodos, sus efectos, su futuro. Hay muchos analistas y expertos que manejan el tema con mucha más profundidad que yo; simplemente quiero contribuir al debate con algunas ideas sobre el terrorismo en el ámbito conceptual y práctico, enfocándome en Al Qaeda, la figura carismática de su líder muerto y el efecto de este singular evento.

En primer lugar es importante entender que Al Qaeda viene siendo una especie de franquicia en cuanto a organizaciones paramilitares se refiere. Existe una célula central en Afganistán y Pakistán, la cual estaba liderada y financiada por Osama, y de la cual todas las otras células alrededor del mundo tomaban inspiración y bases ideológicas, y operan y toman decisiones de manera totalmente descentralizada. Entre esas células descentralizadas tenemos las de la Península Arábica, la del Magreb, la de Irak, la de Somalia, la de Filipinas, e inclusive la de Nigeria.

Es decir que Osama bin Laden es la figura central del grupo terrorista, pero su muerte no acaba automáticamente con las organizaciones que adoptan la “marca” Al Qaeda para identificarse en sus operaciones contra occidente. E inclusive, occidente es un término usado muy a la ligera ya que en muchas ocasiones estás organizaciones islamistas atacan musulmanes en Asia y África.

obama1Sin embargo, esto no quiere decir que el terrorismo internacional no haya sufrido un duro golpe con la muerte de bin Laden, ya que han perdido a un líder carismático muy difícil de suplantar y con grandes posibilidades financieras y de recaudación de recursos. Por poner un ejemplo análogo, la muerte de Hitler no acabó con el nazismo o el antisemitismo, pero sin duda disminuyó enormemente sus capacidades de causar estragos. Osama bin Laden no es un terrorista cualquiera que murió con un chaleco bomba en Tel Aviv o en Colombo y que puede ser martirizado para la causa; al contrario, murió asesinado después de años de escapar y esconderse, y no luchando su llamada “Jihad contra los cruzados y judíos”. Morir humillado de esta manera debilita las ya menguadas capacidades de reclutamiento de Al Qaeda.

Uno de los argumentos centrales de Osama era que los pueblos árabes tienen líderes corruptos que trabajan para los intereses de occidente y que sólo a través de la lucha armada en suelo infiel, se podía contrarrestar esto para el establecimiento de Estados islámicos integristas en todo el mundo musulmán. No obstante, la llamada “Primavera Árabe” demostró que los cambios políticos podían obtenerse con luchas civilistas en casa, y que los cambios que quiere la gente no apuntan al estado teocrático o califato, sino a las instituciones democráticas y la obtención de libertades individuales.

etaEl terrorismo, que vive en muchos rincones del planeta y adopta muchos rostros diferentes seguirá existiendo y condicionando mucho de la política mundial, pero el terrorismo islámico internacional representado en Al Qaeda ha sufrido una gran derrota. Toda organización terrorista (que obviamente no piensa de sí misma como “terrorista”), busca el apoyo político de un amplio sector no militante de la sociedad en donde operan, que por convicción comulgue con sus tácticas y operaciones de violencia sistemática para legitimarse. Al Qaeda ha perdido una gran cuota de ese apoyo en el mundo árabe porque ha dirigido gran parte de esa violencia contra musulmanes árabes, no ha logrado ninguna victoria visible en su guerra asimétrica en contra de occidente en Afganistán, Irak, Arabia Saudí o siquiera Israel, y porque las tecnologías de información e internet han despertado un profundo cambio en las juventudes del Norte de África y Oriente Medio.

Hoy el héroe árabe del momento es el tunecino Mohamed Buazizi, quién con su protesta extrema, sin daño a terceros, ganó la batalla al terrorismo suicida que proponía Osama bin Laden para sus soldados pero no para sí mismo.

¿Qué significa realmente transculturización?

El vocablo en sí, no me molesta. Las palabras no tienen carga moral, son neutras. Me molesta su uso, los juicios de valor implícitos que arrastra el que la esgrime con esa carga peyorativa y que me parece absurda en el mejor de los casos.

alexclockworkYo veo el término como redundante. Como decir transconocimiento o transevolución. El prefijo significa que cruza o va al otro lado de o detrás de (transcurso, transiberiano, transexual). Pero transculturización es concretamente usado para atacar lo que yo veo como el curso natural que sigue la cultura como hecho social: la transformación e incorporación de elementos culturales de diferentes espacios geográficos.

Así como el conocimiento no es estático e inmutable, la cultura, que básicamente es todo lo que los humanos hacemos que los monos no hacen, también es un fenómeno en constante proceso de cambio, adaptación e integración de múltiples elementos de diversos orígenes. Y eso no es algo malo per se, es la cultura viva; ergo, la transculturización es simplemente el comportamiento natural de la cultura.

Es también fácil explicar por qué algunas personas sienten rechazo a estos procesos naturales de la integración cultural (o si prefieren, transculturización): psicológicamente está relacionado con el desarrollo personal y dos de sus brazos: la afirmación de uno mismo y la afirmación de lo ajeno.

traditional-familyComo dice el psicólogo barcelonés Joan Garriga, las personas tratan de ser leales a su procedencia y su familia, con sus reglas, costumbres y tradiciones, afirmándose en su identidad para extenderse y desarrollarse en su entorno. Y sin embargo, un desarrollo pleno, solo se logra cuando también se incorpora la ajeno como propio y de igual derecho.

La consciencia nos dicta que es bueno sentir lealtad a la “familia”, incluso de manera no crítica, y “ nos sentimos inocentes si hablamos la lengua de nuestros padres y cumplimos con la cultura, las reglas y lo previsto en otros muchos aspectos, y culpables si desarrollamos conciencia propia sobre lo adecuado y lo bueno y lo malo y vamos más allá de lo que marcan los cánones y creencias de nuestro grupo”.

thinker1En términos prácticos, se vilipendia al rock, Harry Potter o a las películas de Hollywood (por ejemplo) por representar esa transculturización en Venezuela o Latinoamérica. Nos sentiríamos inocentes si escucháramos golpe tuyero, leyéramos a Tío Conejo o viéramos todas las películas de la Villa del Cine, porque eso “es lo nuestro”. ¿Por qué no hablamos de transculturización cuando comemos arroz o cuando tomamos café, o cuando usamos zapatos o relojes?, ¿cómo no le decimos transculturizados a los llaneros a caballo, o a las personas que van a la iglesia, a Antonio Lauro con sus valses venezolanos (evidente transculturización austríaca) o a las que usan números romanos, o a las personas que viven en apartamentos y casas?

La cultura es un cúmulo de experiencias, tecnologías, avances, expresiones y sentimientos de la humanidad: Mientras el mundo se hace cada día más abierto gracias a las telecomunicaciones y los viajes, la cultura se transforma más rápidamente y más humanos tendremos más cosas en común.

La necesidad de creer

Cuando buscamos disfrazar nuestra imaginación con una excusa espiritual, lo llamamos fe, y de pronto todo queda justificado. Y es que las personas están dispuestas a ejercicios olímpicos de retórica y falsas premisas para ajustar cualquier razonamiento a lo que ya desde antes se creía. Las convicciones, supersticiones, la fe, son bastiones inamovibles, que ni la evidencia, ni los argumentos pueden minar.

Sin embargo, muchos “guerreros de la fe” optan por no dar explicaciones más que la fe misma y su inexplicabilidad y/o se van en medio de insultos o menosprecios. Este tipo de personas, no ofrecen una oportunidad al diálogo, tal vez porque en el fondo están conscientes de que las bases de su bastión de fe son débiles ante un escrutinio minucioso. Por eso, no vale la pena reflexionar ahora en ello. Llaman más la atención aquellos que buscan razonar sus creencias, con tintes inclusive científicos.

Este tipo de creyentes no se limitan a los teístas, que son un blanco fácil; hay también creyentes (integristas) del medio ambiente, la política, la economía, la naturaleza humana, la literatura, y tantos otros temas como posibilidades cuánticas en nuestro universo.

Por ejemplo, hay datos fácticos y evidencia científica del impacto que tenemos los humanos en el cambio climático. Sabemos que afectamos el medio ambiente con nuestro comportamiento y conocemos posibles consecuencias de la concentración de CO2 en la atmósfera. Hay un montón de personas que niegan que esto sea una realidad, o minimizan la importancia del cambio climático. Creo que son mucho más dañinos los que llevan su preocupación legítima por el medio ambiente a extremos infundados y embriagados de fanatismo, mala información y propaganda masificada. Aquellas personas que apoyan cualquier iniciativa que parezca “verde” sin detenerse a razonar o a verificar la ciencia detrás del planteamiento inicial. De eso, hay muchos ejemplos.

De igual manera, hay leyes económicas, estudiadas, probadas y evidenciadas. Aun así, en el tema económico, hay millones de personas que piensan que la ideología lo resuelve todo, y que la ideología ofrece soluciones económicas a los problemas. Que esas leyes económicas reales de las que hablo (oferta y demanda, ventajas comparativas, incentivos, costos de oportunidad, etc.) son constructos de conspiradores con ideologías inservibles. Y si me extiendo en este punto podría escribir un libro.

Lo más asombroso es que cuando estos creyentes se enfrentan con la realidad que los contradice, razonan explicaciones accesorias para enfundar a como dé lugar, su preconcepción con el panorama que se les presenta ante sus ojos. La ciencia llama a este fenómeno “razonamiento motivado” y la explicación radica en que la emoción permea el razonamiento y que los sentimientos positivos o negativos surgen en milisegundos, mucho antes que nuestro pensamiento consciente.

Evolutivamente tiene sentido, pero sus derivaciones llegan a ser tan risibles como la convicción de que el advenimiento está cerca (2012 máximo), que Nostradamus predijo los sucesos del 11 de septiembre de 2001, que el holocausto nunca sucedió, o que la inflación es culpa de los acaparadores, o que la cultura tiene que ser inmutable e impermeable, que Obama no nació en Estados Unidos. Tonterías.

El problema no es Wikileaks


Aunque ya el furor y los múltiples debates generados a causa de Wikileaks perdieron momentum, Julian Assange está esperando si procede su extradición y Bradley Manning en severa restricción de libertad, como periódicamente siguen apareciendo cables diplomáticos en los servicios de noticias internacionales, vale la pena señalar "el elefante en la habitación".

En primer lugar, la aparición, continuidad y supervivencia de Wikileaks es una manifestación legítima de la libertad de expresión que occidente clama tener. Cualquier maniobra jurídica o retórica para menoscabar el derecho de esta organización es una jugada política que cercena el derecho de todos. Una sociedad que se vanaglorie de garantizar la libertad de expresión, no sólo es hipócrita al censurar a Wikileaks, sino que está violando sistemáticamente un derecho humano.

A finales de la Primera Guerra Mundial, Woodrow Wilson hizo un llamado teñido de idealismo en donde se abogaba por un nuevo orden mundial en donde los Convenios Internacionales fueran abiertos y la diplomacia no fuese secreta. Y aunque en la teoría política hay divergencias sobre este punto, lo cierto es que Wilson señaló la diplomacia secreta como responsable de guerras indeseadas por la población y que una verdadera democracia no debe hacer pactos internacionales ocultos que comprometan los recursos e incluso la vida de las personas de ese país.

Ahora bien, ya se ha dicho que los cables diplomáticos divulgados por Wikileaks no representan información novedosa. Cualquier persona que siga las noticias y que conozca un poco la situación de un caso dado, puede manejar incluso más información que la que parecen tener los embajadores norteamericanos en sus misiones. Y sus opiniones se alinean con la opinión pública generalizada del país en dónde están.

Hillary Clinton dijo que Wikileaks puso en peligro la vida de muchas personas y que representaba un riesgo para la seguridad nacional. Más convincente es Robert Gates cuando afirma que es embarazoso e incómodo pero con impacto modesto para la política exterior norteamericana. No obstante impacta a Estados Unidos muy duro (y quizás a los diplomáticos de todo el mundo) al poner en evidencia lo obsoleto de las embajadas a la hora de recabar información para enviarla a sus respectivos ministerios.

Wikileaks nos enseñó que los analistas de las embajadas revisan los periódicos diariamente, luego redactan un informe con el resumen de lo que se considere relevante y luego el embajador sintetiza la información, añade como propia la opinión pública sobre el tema y quizás adorna un poco la prosa para enviar esto a su respectiva cancillería. Assange, quien no es más que un anarquista ególatra y posible nihilista, puso en evidencia lo desvencijado de este sistema que resulta un sustituto ineficiente y costosísimo de una suscripción al New York Times.

El elefante en la habitación, para los que no lo han notado, es que los editores en jefe de Le Monde o de El País (por ejemplo), manejan más y mejor información que la Secretaria de Estado Hillary Clinton.

Nacionalismo

"Cuantas menos razones tiene un hombre para enorgullecerse de sí mismo, más suele enorgullecerse de pertenecer a una nación."

Arthur Schopenhauer


El orgullo es vanidad y exceso de estimación propia. Es darse a uno mismo un valor abultado. Por eso es técnicamente incorrecto estar orgulloso de los logros de otra persona. Uno puede estar rebosante de felicidad, extasiado de gozo, pero nunca orgulloso por logros de alguien más. Y aun así, puedo pasar por alto la frase cuando se usa de esa manera (que orgullo me da que te hayan ascendido), ya que igual entiendo el sentido de la oración y el mensaje llega claramente, por lo que no veo necesario ser tan quisquilloso.

Pero hay un caso en donde si soy quisquilloso. El orgullo nacional.

Hay un par de razones, y trataré de explicarme. Básicamente un argumento deriva del otro y las implicaciones desafían al paradigma nacionalista que muchas personas consideran no sólo legítimo, sino además deseable y plenamente positivo.

En primer lugar, y aunque mejor no lo puede decir Schopenhauer, el orgullo debe sentirse por un logro propio. Nacer en una determinada nación, no es para nada un acto consciente o voluntario, y por consiguiente puedo entender que una persona se sienta a gusto, feliz, en paz, resignada, etc., de haber nacido en un determinado país; pero sentirse orgullosa no tendría sentido. Tiene sentido sentirse orgulloso por trabajar en un sitio señalado o por haber estudiado en un lugar específico si la elección la hizo la persona, pero no hay elección alguna en el país de nacimiento, ergo estimarse en demasía por eso, carece de sentido. Se deriva de esto, que el orgullo nacional (y no el amor por la nación, que nace del apego y es perfectamente válido) es un sentimiento sin base y por tanto absurdo.

Consecuentemente, más allá del uso catedrático de la lengua, está el trasfondo de ese sentimiento “orgulloso” por la nación propia. Al declararse uno mismo nacionalista, se está declarando de forma solapada (y a veces de manera directa) el sentimiento de creerse superior a los que no comparten tu nacionalidad, simplemente por azar geográfico. Ese nacionalismo es una idolatría en dónde se interpreta la historia de modo arbitrario e inexacto, y en dónde la lengua, religión, etnicidad, cultura y demás características coyunturales se toman como grandiosas e inigualadas por ninguna otra nación.

Considero que el nacionalismo es algo intrínsecamente negativo por lo siguiente: a) con él se asume que unas personas son, por su pertenencia a un grupo, mejores que otras. Totalmente incompatible con el humanismo, y totalmente en sintonía con los Bóer sudafricanos que mantenían que su nación blanca era mejor (superior) a la nación negra original de la zona, dando como resultado el Apartheid como la manifestación legal del nacionalismo; y b) porque implica que el problema está afuera, y por ende la solución implícita de este problema siempre estará afuera. Por ejemplo: el problema de Alemania son los judíos, el problema de Turquía son los armenios, el problema de Venezuela son los gringos (o los españoles, o portugueses, o colombianos, etc.) El orgullo nacional es la semilla de la xenofobia, y como el licor barato, dependiendo de la dosis te puede llevar de la euforia hasta la inconsciencia total.

Naturaleza Humana


Grandes incógnitas. ¿Cuál es nuestra naturaleza? ¿Cómo podemos comprender mejor la naturaleza humana? ¿Es a través de la antropología, o de la biología, o de la psicología, o de la filosofía? ¿Tiene la química respuestas? ¿O la economía, o la historia, o la sociología? Inclusive, ¿es adecuado hablar de “naturaleza humana”? Muchas preguntas, y tantas respuestas como opiniones. Hasta ahora, nadie puede asegurar que existe una verdad al respecto, y sin embargo quisiera aportar mi visión a esta lid interminable.

Este debate es ontológico para los estudios de política mundial, ya que la teoría de las relaciones internacionales se centra en que los Estados, al ser integrados por personas, reflejan en su comportamiento la naturaleza humana sin restricciones morales no aplicables a ellos. Es decir, que las personas que toman las decisiones de política exterior dentro de sus respectivos gobiernos, lo hacen en base a la propia naturaleza humana, sin verse limitados por la moral que prevalece en la sociedad en la que viven.

Esta premisa es muy poderosa, ya que si los países no actúan bajo consideraciones morales, quiere decir que si su comportamiento refleja un uso prioritario de la cooperación, el diálogo y el entendimiento con otros países, este tipo de comportamientos son reflejo de la naturaleza intrínseca de los humanos. Y consecuentemente, cuando los países actúan de manera confrontacional, egoísta y violenta, están comportándose en contra de esa misma naturaleza.

La derivación lógica de esto, es que actuar en contra de la naturaleza humana, es producto de adaptaciones sociales y aprendizajes culturales. En términos de política mundial, esto significaría que los países están inclinados naturalmente a la cooperación y el diálogo, a menos que coyunturalmente la sociedad internacional vea la actuación confrontacional y egoísta como necesaria para adaptarse exitosamente al entorno. Darwinismo Internacional, si se quiere.

Sin embargo, encuentro más convincente la versión contraria. Esto es, el diálogo y la cooperación son foráneos a la naturaleza humana, y que los Estados cuando mantienen relaciones armónicas están cediendo ante aprendizajes culturales, estrategias a largo plazo y adaptaciones emanadas de la sociedad internacional para la convivencia pacífica. Sin un sistema internacional organizado con el cuál regir las relaciones entre los países, las actuaciones de los mismos reflejarían el egoísmo y la mezquindad presente en la naturaleza humana irrestricta de moral que prevalece con la vida en sociedad.

Ergo, los humanos hemos aprendido que la colaboración, el altruismo y el desprendimiento son beneficiosos para convivir en sociedad. Pero sin la sociedad (su cultura, sus normas, su moral), el estado de naturaleza de los humanos se asemejaría al de los animales, en dónde la supervivencia dicta nuestra acciones y por tanto, el egoísmo y la confrontación son medulares a nuestro comportamiento.

Aun así, no pretendo que esta interpretación sea tomada como definitiva. Es más una reflexión que un axioma. O en todo caso, un modelo para comprender mejor el mundo en el que vivimos. Para darle sentido a las guerras y a los genocidios, pero también a la integración económica y a la ayuda humanitaria. Para conjugar la existencia de un Pol Pot con la de un Mandela. Para poder igualar fenomenológicamente la asistencia a Japón y la intervención a Libia. Todo reside en la interacción entre la naturaleza humana y el constructo social.

Intervención Humanitaria

No hay que ser un gurú de las relaciones internacionales para entender que si hay una intervención internacional armada en Libia por razones humanitarias, se debe a que hay petróleo de por medio. Eso es descubrir el agua tibia. En general, todos los países actúan de acuerdo a intereses propios, así que criticarlo cuando Estados Unidos lo hace, es llegar tarde a la fiesta.

Por ese mismo motivo no voy a redundar en crítica vacía contra la intervención humanitaria en Libia, aprobada por la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU. Mucho menos voy a alimentar la teoría de que las potencias van tras el agua subterránea de Libia. Lo que sí pienso hacer, es celebrar el magnífico cambio paradigmático en la política internacional que deviene de esta operación inédita para la Organización de Naciones Unidas. En mi opinión, es mucho más importante que al final se salve la mayor cantidad de vidas posibles, y no tanto el trasfondo para ello.

Me explico: Un ejemplo análogo podría ser la prohibición de las corridas de toros en Cataluña. Es posible que los políticos catalanes hayan adelantado su agenda política no pensando en los toros, sino enzarzados en su ideología regionalista excluyente para eliminar todo rasgo de la cultura española común. Aun así, se salvan los toros del cruel y salvaje destino en el ruedo. En Libia, hablamos de personas de carne y hueso que están muriendo a manos del gobierno de Gaddafi.

Podemos ilustrar mejor el punto. En abril de 1994, comenzó una de las tragedias humanitarias más grandes y espantosas de nuestro tiempo. Cerca de un millón de personas fueron asesinadas en Ruanda en una campaña genocida orquestada y facilitada por el propio gobierno ruandés. Y a pesar de que en ese año no teníamos Twitter, ni YouTube, el mundo estaba enterado de lo que pasaba en África y aun así, no hubo una intervención humanitaria para detener las masacres y evitar el exterminio de los tutsis de Ruanda.

También en abril, pero de 1992, tras las secesiones de Croacia y Eslovenia de la ex Yugoslavia, se desarrolla un conflicto etnoreligioso en Bosnia que se cobra millares de vidas humanas a lo largo de varios años. La timidez o inacción de la ONU y de la OTAN para actuar con celeridad y decisión condenó la vida de cerca de 200 mil personas. Tardaron más de tres años en intervenir, aun cuando el conflicto se desarrolló en suelo europeo.

Igual de trágica fue la situación en Timor-Leste, que sufrió más de 100 mil muertes entre 1974 y 1999 a manos de la ocupación brutal de Indonesia. Años y años de forzar el desplazo de la población, de matar de hambre a los timorenses y de ejecutarlos y masacrarlos. Sólo después de la muerte de un periodista norteamericano en 1991 es que la comunidad internacional empieza a mostrar preocupación y no es hasta 1999 que la ONU decide actuar.

El mundo se hubiera ahorrado mucho sufrimiento, habrían muchísimo menos viudas y huérfanos en el planeta si en Ruanda, en Bosnia o en Timor-Leste hubiese petróleo. Es por esta misma razón que me alegro de que Libia sea un país rico en el preciado combustible fósil. Si la razón para la intervención humanitaria, fue evitar el alza descontrolada de los precios del petróleo cuando aún el mundo se está recuperando de la crisis financiera mundial que se gestó en el 2008, pues lo que debemos reflexionar es que los países pobres también consumen petróleo y se ven mucho más afectados que Francia o Estados Unidos por esta situación.

Aunado a esto, Muammar al-Gaddafi es responsable de terrorismo internacional y autor confeso de crímenes en contra de la humanidad, al someter a su propio pueblo a matanzas y persecuciones sistemáticas. Las declaraciones públicas del coronel y de su hijo Seif al-Islam son escandalosas y los libios merecen ser apoyados en su lucha para librarse de esta atroz dictadura que lleva ya 42 años.

Es por todo lo anterior que exclamo: ¡Enhorabuena por el petróleo liviano libio!

Mentiras Verdaderas



REUTERS: Japón en vista del estado de emergencia en las plantas nucleares provocado por el terremoto del pasado viernes y el devastador tsunami, ha decidido iniciar su programa de Unidades Generales para la Defensa Mecanizada Automática. Inspirado en las series animadas que popularizó el país nipón en décadas pasadas, el Proyecto GUNDAM (por sus siglas en inglés) consiste en vehículos antropomórficos controlados por un piloto con entrenamiento especializado en prevención de riesgos y defensa civil. Se espera que para la semana que viene, las primeras unidades GUNDAM, reparen cualquier posible fuga en los reactores nucleares japoneses y mantengan seguras las principales ciudades del país.


A pesar de la evidente falsedad del párrafo anterior, y de que si quedaba alguna duda, aclaro en este segundo párrafo que he inventado la reseña, van a haber personas que se tomaran en serio y que difundirán la noticia artificial sobre el “Proyecto GUDAM”.


Es la naturaleza humana, estamos dispuestos a creer cualquier cosa. Sobre todo si eso nos evita tener que razonar, y más aún si la mentira concuerda con nuestro sistema de creencias. Por ejemplo, para los fanáticos religiosos que creen que el apocalipsis se aproxima, los terremotos de Haití, Chile y Japón son la evidencia de que el Juicio Final está cerca. Para los fanáticos ecologistas (antropocentristas) que creen que estamos matando a Gaia, estos mismos terremotos son resultado de no reciclar y de dejar las luces encendidas.


Uno se pregunta cómo es posible que todavía la gente caiga en el hoax de que van a cerrar Hotmail, o de que Tommy Hilfiger es racista, o del restaurante que sirve carne humana. Además resulta impresionante la velocidad con que se propagan las noticias falsas. El acceso cada vez mayor a tecnologías de información y comunicación hace que estos rumores viajen a velocidades cuánticas a través de las redes sociales como Facebook, Twitter, YouTube, Yahoo! Respuestas, MSN o la red Blackberry, entre otras.


Entre las falsedades criollas más notorias, tenemos que se han propagado noticias sobre las “muertes” de Simón Díaz y Reynaldo Armas, se han magnificado y tergiversado las propiedades y el modo de administrar de la escopolamina (burundanga), se le han atribuido maldiciones proféticas (cuál Tut Ankh Amon) a Simón Bolívar, y un largo etcétera que crece día a día. Y la gente lo cree. Porque está escrito, porque está en internet. Porque cuadra a la perfección con lo que quieren creer. Pocas personas verifican la fuente original de la noticia o corroboran con fuentes confiables de información, y simplemente reenvían el rumor.


¿Está la búsqueda de la evidencia tan devaluada? Las religiones organizadas se esfuerzan por establecer que la fe es un vehículo válido para acceder a la verdad. Pareciera entonces que las noticias falsas conforman parte del dogma de estas redes sociales. Al desdeñar la razón, la evidencia y los hechos corroborables por los rumores, mitos y las mentiras verdaderas que nos llegan por Twitter o por Blackberry, estamos haciendo de estas redes sociales una nueva religión.

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